El Teatro Romano de Mérida
El Teatro Romano de Mérida es el monumento más popular y visitado de esta ciudad extremeña, y está considerado Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad de Mérida, en la provincia extremeña de Badajoz, puede presumir de contar con uno de los mejores patrimonios histórico-monumentales de España. En él brilla con luz propia el Teatro Romano, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1993, y considerado desde el año 2007 como uno de los “12 Tesoros de España”.
Este teatro lleva en pie desde el año 16 antes de Cristo. Este dato se conoce porque aparece recogido en una inscripción que hay en el propio teatro, y que está firmada por el cónsul Marco Vipsanio Agripa. Por entonces, la villa pacense era una floreciente ciudad romana que llevaba el nombre de Augusta Emerita.
Evolución del Teatro Romano de Mérida
A lo largo de su larga historia, el Teatro Romano de Mérida ha ido experimentado varias modificaciones. Una de las primeras tuvo lugar a finales del siglo I o principios del siglo II, y se realizó para incorporarle una nueva fachada. En época del emperador Constantino, entre los años 330 y 340, se introdujeron varios elementos decorativos en la arquitectura del teatro, y se construyó una calzada romana a su alrededor.
Durante el auge del cristianismo, en la Edad Media, tuvo lugar la época más oscura del teatro. Considerado una obra inmoral, fue cubierto de tierra, dejando sólo al descubierto la parte superior de las gradas. Este graderío estaba formado por sietes bloques, los cuales fueron bautizados por el pueblo como “las Siete Sillas”. Cuenta una leyenda extremeña que en estas “siete sillas” se sentaron durante la ocupación árabe los reyes moros responsables de los destinos de la ciudad.
El teatro se mantuvo cubierto hasta principios del siglo XX, ya que en el año 1910 comenzaron las excavaciones para recuperar el teatro, estando dirigidas por el arqueólogo José Ramón Mélida. En los años 60 ya se había conseguido recuperar todo el frente escénico, que estaba bastante dañado, pero no fue restaurado de forma muy fidedigna, manteniendo hoy en día grandes diferencias con el teatro original.
El Teatro Romano de Mérida en la actualidad
Actualmente se conserva una gran parte del graderío, situado sobre la ladera del cerro de San Albín, el cual tiene una capacidad para alrededor de 6.000 espectadores. Las gradas, o cavea, están divididas en tres secciones: ima, media y summa cavea. Por su parte, la zona del coro, conocida como orchestra, está flanqueada por tres gradas de honor, destinadas a las autoridades.
El escenario del teatro sigue resultando imponente, todavía más conociendo su antigüedad. Se divide en proscenio rectangular, el propio escenario o pulpitum y el frontal de la escena. A su alrededor se pueden ver dos filas de columnas de mármol y las esculturas de los dioses Ceres, Plutón y Proserpina, situadas junto a otras estatuas de ciudadanos romanos cubiertos con togas o con corazas.
El Teatro Romano de Mérida acoge, desde el año 1933, el reconocido Festival de Teatro Clásico de Mérida, que se celebra durante los meses de julio y agosto. Gracias a este importante evento cultural se ha podido recuperar el uso original del teatro, que va más allá de ser un mero monumento histórico.