Escapada de relax a Alange, en Badajoz
El balneario de Alange es uno de los muchos atractivos de este pueblo de Badajoz.
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Situada junto al embalse que da nombre al pueblo, la localidad de Alange es un oasis de paz y relax en la provincia extremeña de Badajoz. Es el lugar perfecto para disfrutar del turismo termal, una excelente forma de cuidar nuestro cuerpo y relajar nuestra mente.
Este bonito municipio se encuentra a 17 kilómetros de Mérida, junto a las estribaciones de la Sierra de Peñas Blancas, y cuenta con un estupendo balneario, cuyos baños termales tienen su origen en la época romana. Pero también puede presumir de un bello entorno natural, buenas propuestas monumentales y diversas muestras arqueológicas, como pinturas rupestres.
Otro de sus atractivos es su clima mediterráneo. Proporciona a la población unas agradables temperaturas, que oscilan entre los 26 grados de media en verano y los 8 grados en invierno. La primavera y el otoño son las épocas más recomendables para conocer todos las posibilidades turísticas de esta localidad.
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Qué ver en Alange
En lo alto del cerro de la Culebra, junto al río Matachel y a orillas del embalse, se halla el Castillo de Alange. Construido en el siglo IX, durante la ocupación árabe, era una estratégica fortaleza defensiva desde la que se controlaba el acceso a la Vía de la Plata, siendo testigo de numerosas escaramuzas entre moros y cristianos.
Siguiendo nuestro paseo por la localidad encontraremos otros lugares que harán nuestra visita más interesante, como la Casa de la Encomienda, donde vivía el Comendador, y de la que todavía quedan en pie un gran patio, algunos restos de columnas y capiteles y un escudo; la Iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, las Termas Romanas, la Ermita de San Bartolomé o la Ermita de San Gregorio.
En la población existen varios yacimientos arqueológicos. Muchos de ellos se encuentran bajo las aguas del embalse, pero algunos ya han sido rescatados, y se pueden ver en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz.
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Ranas, caracoles y flores
No estamos hablando de la fauna y flora de Alange, lo hacemos de su gastronomía. Y es que su cocina tradicional ofrece platos como las ranas, los caracoles, las migas, la caldereta o el revuelto de espárragos trigueros.
Aquí también se realiza la matanza del cerdo, y se pueden comprar excelentes embutidos. Y para rematar, la reconocida repostería artesanal de la localidad, que incluye las roscas fritas, las roscas de piñonate, las flores o los gañotes.
Fuente de la imagen: Jesús Álvarez Carrero
Naturaleza y baños termales
Prepárate para dar revitalizadores paseos por el entorno natural de este municipio pacense. Sus alrededores son una sucesión de hermosos parajes naturales con el agua como principal protagonista, y en los que conviven una fauna y una flora prácticamente vírgenes.
Los aficionados a la arqueología podrán comprobar que en el pueblo abundan los yacimientos, aunque muchos de ellos duermen bajo las aguas del embalse. Y hablando de aguas, las del manantial de la localidad poseen numerosos beneficios medicinales, los cuales han sido demostrados científicamente.
Las aguas termales emergen a una temperatura de 28 grados, y son empleadas en el balneario de Alange. Cuentan con compuestos como bicarbonato cálcico, cloruro sódico, magnesio, carbonato de litio, sulfato sódico, calcio, cadmio, hierro o flúor, un cóctel perfecto para relajarnos y olvidarnos totalmente de estrés.