La Hija de Dios, un enclave de Ávila donde se ha detenido el tiempo
La Hija de Dios tiene nombre de novela, sin embargo, se trata de un pueblo de origen medieval situado en el Valle Amblés, en Ávila.
La Hija de Dios es una localidad a apenas 20 minutos en coche de El Fresno, en la provincia de Ávila. La primera documentación en la que aparece citada La Hija de Dios es en el año 1250, como Filia Dei, en la que consta que forma parte del cabildo de Valle Amblés, uno de los territorios de la diócesis de Ávila. Desde entonces y hasta hace apenas 170 años, el pueblo no existía como tal, sino que había aproximadamente una decena de casas del desaparecido barrio del núcleo de Belmonte.
Belmonte estaba conformado por casi 60 casas, así como una casa consistorial, una taberna y la ermita de San Miguel. Según algunas leyendas, la taberna la regentaba un hombre apellidado “Dios” y, al fallecer, su hija tomó el relevo del negocio. Aquí estaría el origen del nombre del pueblo, pues los habitantes de la zona siempre se referían a “donde la Hija de Dios” cuando fijaban su punto de encuentro en la taberna.
Qué ver en la Hija de Dios
El pueblo de la Hija de Dios es un curioso conjunto arquitectónico formado rincones y construcciones por las que parece que no ha pasado el tiempo y lugares envejecidos a causa del abandono. Entre los que mejor suerte han corrido, que han sido conservados y restaurados, podemos afirmar que todavía conservan la esencia de la zona. Un claro ejemplo son los portalones, los detalles de algunas chimeneas, los callejones, bancos, ventanas o vigas de madera, entre otros.
En cuanto a construcciones, están las viviendas serranas, que podían contar con un corral delantero o con fachada con vistas a la calle. Además, cabe destacar las tinadas, antiguas cabañas prehistóricas donde se cobijaban los carros y algunos animales, muy características de la arquitectura popular del Valle Amblés.
Tanto en la población de la Hija de Dios como en poblaciones próximas, quedan las reminiscencias que surgieron de los asentamientos del pastoreo, pues fue el motor económico de estos lugares. También cabe destacar en toda la arquitectura serrana la piedra como protagonista principal y elemento insustituible de la zona.
El entorno natural de la Hija de Dios
El propio Ayuntamiento de la Hija de Dios ha diseñado varias rutas para que, tanto autóctonos como visitantes, puedan descubrir el lugar haciendo senderismo. En cualquiera de las opciones propuestas, habrá silencio y paz, que es precisamente lo que muchos van buscando cuando acuden a estos destinos más rurales.
En la sierra de Paramera se pueden contemplar encinas centenarias, huertos que se cultivan todavía de forma tradicional y algunas aldeas muy poco conocidas. Para los amantes de la fotografía, el camino será una delicia, pues pueden detener en el tiempo cañadas antiguas, naturaleza en estado puro e incluso un yacimiento arqueológico, el de la necrópolis de San Miguel, con tres sepulcros excavados.
Y si la Hija de Dios se disfruta de día, el viajero además debe saber que por la noche se puede contemplar un cielo excepcional, dado la buena calidad del cielo, pero también por su situación geográfica a 1.200 metros de altitud. Prueba de ello, es que fue la seda del Centro Astronómico de Ávila entre los años 2006 y 2016.