Tres pueblos preciosos donde veranear
Veranear en un pequeño pueblo rodeados de montañas y disfrutando de la vida tranquila es un sueño que cada día tiene más adeptos. Hoy te proponemos tres sitos preciosos para hacerlo.
Las vacaciones perfectas no siempre son sinónimo de hotel, gran ciudad, playas de aguas turquesas y bares con vistas al mar.A veces la felicidad se esconde en las cosas más simples: siestas interminables a la sombra, naturaleza asombrosa que invita a respirar aire puro, comida que sabe de verdad, un pueblo en el que vivir despacio sin aglomeraciones ni caravanas. Sin ruidos. Hace años un anuncio de la tele hablaba de la ventaja de tener "un pueblo" al que escaparse. Y la idea cada vez tiene más adeptos.
Esa es nuestra propuesta hoy. A veces el paraíso tiene forma de casas bajas, de piedras y un río, de montañas verdes y rincones en los que el slow life es obligado. El verano es para descansar y en los destinos que os proponemos hoy descansar es la máxima. No hay mucho más que hacer que ser feliz y vivir despacio, eso que los que viven en la gran ciudad consideran un lujo de los grandes.
Hoy te presentamos una selección de tres destinos pequeños, coquetos y encantadores. Tú decides si quieres que sean tu próximo destino.
Besalú, Girona
Besalú, en la comarca de Garrotxa, es uno de los pueblos más bonitos de Cataluña.Su maravilloso puente medieval es una de las postales más famosas de Cataluña. La fama llegó a tal punto que los fines de semana (especialmente en verano) su puente se llena de turistas que hacen sus selfies.
El origen histórico de Besalú es una fortaleza que ya existía en el siglo X, y ahora cuando lo visites encontrarás rincones que te recordarán el típico trazado de un pueblo medieval en el que, además, hubo un barrio judío.
Besalú es un destino perfecto para pasar unos días de vacaciones en un lugar que parece recién sacado de un cuento medieval. El monasterio de Sant Pero, la iglesia de Sant Vicenç, el castillo, su barrio de la judería, el hospital de peregrinos…
Ribadesella, Asturias
Si te gusta el ritmo de vida relajado tu destino también puede ser Asturias. Ribadesella es un destino perfecto para descansar y disfrutar de paisajes únicos. Este precioso pueblo está llenos de rincones con encanto que no te puedes perder durante tu visita. Uno de los más famosos es la Playa de Gulpiyuri, una playa interior muy curiosa en la que se adentra el agua del mar por una cueva formada por la erosión de un bufón. Ha sido declarada monumento natural.
Además también merece la pena visitar los Bufones de Guadamía, unos orificios verticales que comunican con el mar y que cuando hay temporal o mar de fondo, expulsan agua pulverizada con gran fuerza, acompañado de un ruido ensordecedor.
Ojén
Ojén es un típico pueblo de montaña blanco y precioso en la provincia de Málaga que tiene una gran ventaja: cuenta con un clima costero ya que se encuentran muy cerca del mar. Rodeado por las Sierras Blanca y Alpujata, donde destaca el bosque mediterráneo, esta localidad se ha adaptado a la orografía de la zona de manera perfecta.
Su Iglesia, el Museo del Molino de Aceite (con maquinarias originales de una de las actividades económicas más usuales de Andalucía) y el Museo del Vino, situado en una antigua destilería de aguardiente son algunas de las visitas posibles.