El Monasterio de Santa María de Tina, en Asturias
El concejo asturiano de Ribadedeva acoge las hermosas y enigmáticas ruinas del Monasterio de Santa María de Tina, una excelente muestra del pasado del Oriente asturiano.
Las consolidadas ruinas del Monasterio de Santa María de Tina son uno de los principales atractivos del concejo asturiano de Ribadedeva. Se encuentran en el término municipal de Pimiango, y las hallaremos muy cerca de la también reconocida Ermita de San Emeterio, próximas a la Cueva del Pindal, formando un trío que no hay que dejar de visitar en la zona oriental de Asturias.
El origen del monasterio, construido entre los siglos VII y VIII, se cree que se debió a una agrupación de varios ascetas. Posteriormente fue el hogar de unos monjes hispano-visigodos que, huyendo de la invasión árabe del año 711, se instalaron en esta zona de Asturias, probablemente bajo el amparo de algún noble.
La posterior fama que fue alcanzando la Virgen de Nuestra Señora de Tina hizo que a fines del siglo XII, o quizá inicios del XIII, se reformarse y ampliase el monasterio, adquiriendo los rasgos románico-góticos que muestran en la actualidad estas ruinas. Caballeros del Temple, tumbas y otras muchas circunstancias han convertido a este antiguo santuario en un lugar muy especial, rodeado de misterio y espiritualidad.
La ruta del Monasterio de Santa María de Tina
Justo detrás de la Ermita de San Emeterio, situada a dos kilómetros de la localidad de Pimiango, comienza la pequeña ruta, casi un paseo, que nos lleva hasta las ruinas del monasterio cisterciense de Santa María de Tina.
Para llegar a él hay que cruzar por un bello bosque de encinas, y justo a mitad de camino pasaremos por encima de un pequeño puente. En primavera y otoño desde este puente se puede ver como se forma una pequeña cascada de agua que acaba cayendo al mar.
En muy poco tiempo habremos llegado a las ruinas del monasterio, que se encuentran envuelta en abundante vegetación, dándole un aspecto místico y misterioso. El último tramo de la ruta es un corto pero de duro ascenso, pero nuestra meta final será la recompensa.
Nuestra Señora de Tina
La auténtica protagonista de este monasterio, aunque ya no se encuentra dentro de él, es la Virgen de Nuestra Señora de Tina. Su imagen, del siglo XII y de madera policromada, se puede ver actualmente en la Iglesia Parroquial de San Roque, en Pimiango, junto con un tríptico escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, del siglo XVII, que también procede del monasterio.
La Virgen de Tina estuvo presente en el santuario incluso después de convertirse el monasterio en una ruina, sobreviviendo a los destrozos causados por los revolucionarios de los años treinta. Durante la Guerra Civil Española la talla de esta imagen se ocultó en el interior del faro de San Emeterio, librándose del triste destino que tuvieron otras antiguas imágenes asturianas.
Hoy en día, aunque ya no esté la Virgen en el monasterio, son muchos los vecinos de la zona que acuden hasta las ruinas de este santuario para depositar en una oquedad lateral notas de agradecimiento para ella.