Los pueblos más bonitos de Asturias
Cualquier época del año es buena para disfrutar de los muchos y bellos lugares que ofrece Asturias. Date el gustazo y pasa unos días recorriendo algunos de los pueblos con más encanto de toda España.
El Principado de Asturias cuenta con una gran riqueza cultural, natural y gastronómica, pero su entramado de pueblos y aldeas se lleva la palma. Todos ellos parecen sacados de cuentos, donde puedes imaginarte seres fantásticos más propios de los sueños que de la vida real.
La Cordillera Cantábrica hace de telón de fondo de todos ellos, algunos situados en los valles, otros al lado de un río, a los pies de las montañas o con vistas al mar. Asturias te regalará una experiencia para disfrutar con los cinco sentidos a camino entre el verde de sus valles y el azul intenso del mar Cantábrico.
Cudillero
Si hay un pueblo en Asturias con el título de ser el ‘más bonito’ es Cudillero. Dicen que hay que ir al menos una vez en la vida. Esta pintoresca villa marinera, ubicada a 60 kilómetros de la ciudad de Oviedo, merece mucho la pena. Piérdete en sus acantilados, callejuelas, arenales, delicias gastronómicas y su olor a mar.
El verde intenso de las montañas se ve interrumpido por los techos rojizos de las pequeñas casas de color pastel que acaban en el hermoso puerto, una imagen que hará que te enamores de este municipio desde el primer instante. Entre sus joyas arquitectónicas destacan la iglesia de Santa María, conocida por su Casa Rectoral, pues fue hospital de peregrinos del Camino de Santiago durante siglos; o la capilla del Humilladero, que debe su nombre a que antiguamente exponían a los presos antes de ser ajusticiados.
Pero Cudillero es, sobre todo, un pueblo pesquero y esa ha sido la base de su gastronomía. Uno de los manjares que poder saborear es el curadillo, un pez pequeño que se dejaba secar durante meses antes de comer; las sardinas, los mejillones, cachopo o calamares, entre otros. Todo esto ha de estar acompañado por una buena sidra, por supuesto.
Bandujo
Uno de los pueblos mejor conservados del ámbito rural asturiano es Bandujo, motivo por el que fue declarado en 2009 Bien de Interés Cultural. Está situado en el Valle del Oso y pertenece a la localidad de Proaza. Se encuentra entre castañales y, una vez dentro del pueblo, puedes sentir que has regresado a la Edad Media para visitar la iglesia de Santa María, la Torre de Tuñón o el Palacio.
Paseando entre sus calles recorrerás los barrios de Entrelaiglesia, la Reguera, el Palacio, La Molina, el Tora y el Campal. En ellos se acumulan verdaderas joyas como viejos lavaderos, antiguos hórreos o casas de piedra adecuadas al desnivel, en tanto que se dispone en una cresta montañosa con forma de herradura.
Uno de los principales atractivos para muchos turistas es el de realizar la Senda del Oso, una de las ecorutas más populares de España. Se trata de un itinerario sin dificultad, aunque un poco cansada por la pendiente, de unos 2,5 kilómetros.
Tazones
Tazones es un pequeño pueblo, también marinero, perteneciente a Villaviciosa, centro neurálgico de la Comarca de la Sidra. Los colores que puedes contemplar una vez allí son los típicos de las villas costeras asturianas, el verde de las laderas, el azul del mar Cantábrico y el multicolor de sus casas. Aunque si hay algo por lo que destaca Tazones es por su historia.
El 19 de septiembre de 1517 desembarcó, llegado desde Flandes, por primera vez en tierras españolas Carlos de Gante, también conocido como el Rey Carlos I de España y Carlos V, Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, el hombre más poderoso de la tierra en su época. Después de ser recibido en Tazones fue a Villaviciosa, para seguir después hasta Valladolid, donde juró como rey en 1518. El camino entre las dos primeras localidades se conoce como ‘Ruta de Carlos V’ y ofrece al senderista 11 kilómetros en los que vivir una experiencia única en la que disfrutar de unos paisajes ‘imperiales’.
Otros encantos de Tazones son la Casa de las Conchas o el yacimiento de huellas de dinosaurio, visibles especialmente cuando la marea está baja. Su precioso faro también es digno de visita y puede accederse a él desde una ladera lateral del pueblo. Por supuesto, también la Plaza de Riveru, uno de los lugares más importantes por acoger el desarrollo social y económico del pueblo vinculado a la pesca.
