Líjar, el pueblo más “guerrero” de España
Tras un siglo “en guerra” con Francia, del pueblo almeriense de Líjar se puede decir que tiene mucho carácter, pero también que cuenta con grandes atractivos turísticos para sus visitantes.
En la Sierra de los Filabres, en Almería, muy cerca de la Sierra de Macael y en pleno Valle de Almanzora, se encuentra la localidad de Líjar. Se halla a 86 kilómetros de la ciudad de Almería, con la que está comunicada por un servicio de autobuses, y a tan sólo 30 kilómetros por carretera de la población de Uleila del Campo, otro agradable destino de la comarca de Los Filabres-Tabernas.
Se dice que los habitantes de Líjar, conocidos como lijareños, han demostrado ser inconformistas y guerreros a lo largo de la historia. Y eso es algo que quedó de manifiesto cuando en el año 1883, tras ser abucheado el rey Alfonso XII en una visita a Francia, decidieron declararle la guerra al país galo. Y la paz entre este municipio almeriense y la nación vecina no se firmó hasta el 30 de octubre 1983, 100 años después, cuando se firmó un Tratado de Paz entre el alcalde de este pueblo, el cónsul de Francia en Málaga y el vicecónsul de este país en Almería.
Qué ver en Líjar
Líjar se extiende sobre una ladera de la Sierra de los Filabres, y en lo más alto del pueblo destaca la figura de su castillo. El actual es de reciente construcción, y fue edificado donde se encontraba una fortaleza de origen nazarí. A su alrededor se halla el Barrio del Castillo, de origen árabe, que está repleto de estrechas y sinuosas calles, plazuelas y rincones llenos de encanto.
Desde el castillo descendemos hasta el río Tahali, también llamado río de Lijar, cuyo entorno natural resulta de lo más atractivo para hacer una interesante ruta de senderismo. Sobre el río hay un puente que nos lleva hasta el conocido como el “Camino Empedrado”, el que fuera el antiguo camino de acceso a Líjar en el siglo XIX.
La visita al pueblo no estará completa sin conocer la Iglesia Parroquial de Santa María, original del siglo XVI, aunque tuvo que ser reconstruida tras una inundación que tuvo lugar a finales del siglo XIX; la Ermita de la Virgen de Fátima, el antiguo Lavadero, el Mirador de Líjar o el Charcón, un pequeño embalse para riego que se llena con el agua de la Fuente del Algarrobo.
Qué hacer en Líjar
Para disfrutar de Líjar en todo su apogeo, lo mejor es viajar al pueblo en determinadas fechas, como durante Los San Antones, el 17 de enero, con sus tradicionales hogueras; las Fiestas de San Blas, del 1 al 3 de febrero; la Romería de la Virgen de Fátima, el primer domingo de mayo; la Fiesta del Turista, la primera quincena de agosto, o las Fiestas Patronales en honor de San Miguel y San Blas, a finales de septiembre. En esas mismas fechas se celebra la Semana Cultural El Lijonazo, que incluye competiciones de ajedrez, actividades deportivas, actuaciones de las bandas de música y la excursión con acampada al Sendero del Poyo.
El Sendero del Poyo, o PR-A 257, parte del puente que hay sobre el río Tahalí, a la salida del pueblo. Recorre algunos de los parajes más bellos de Líjar, como la Fuente de los Cañares, las Huertecillas Bajas, la Cueva del Moro o un mirador natural ubicado a 985 metros de altura.
Desde Líjar podemos hacer una ruta por otras localidades de la Sierra de los Filabres, todas ellas llenas de encanto, y visitar lugares tan especiales como los grabados rupestres de Chercos, la Iglesia neoclásica de San Ramón Nonato en Laroya, la Iglesia Parroquial de San Roque y la fábrica de conservas en Suflí o el Castillo de Sierro.
