La bonita Playa de la Ermita, en Santa Pola
De entre los muchos destinos soleados que posee Alicante, hemos seleccionado por sus playas a Santa Pola, y de entre sus arenales hemos escogido, por sus particularidades, la Playa de la Ermita.
Santa Pola es un estupendo destino turístico en la costa de de Alicante. Y lo es por su atractivo entorno natural, su patrimonio monumental, su excelente gastronomía marinera y su gran oferta de ocio. Pero lo que hace realmente especial a esta villa alicantina son sus playas, todo un tesoro de la Costa Blanca.
La larga lista de playas de Santa Pola incluye algunas kilométricas, como la Playa de Santa Pola del Este, o dotadas de todo tipo de servicios e infraestructuras, como la Playa Varadero. Pero si a atractivo se refiere, una de las más especiales es la Playa de la Ermita, que no es muy larga, pero está sobrada de encanto.
Una playa a la sombra de una ermita
Una pequeña ermita, la de la Virgen del Rosario, es la que da nombre a esta peculiar playa alicantina. No es de gran tamaño, ya que cuenta con una extensión de 240 metros de largo y alrededor de 26 metros de ancho.
Pero el atractivo de la Playa de la Ermita radica en que es un bonito arenal natural de arena y rocas, sin paseo marítimo, y en la pequeña capilla situada junto a ella. Y como valor añadido, en la pared rocosa que hay al fondo de la playa encontraremos la Cueva de la Araña. Esta oquedad resulta muy especial, ya que en su interior se puede ver una pintura rupestre de un equino incluida dentro del conjunto de Pinturas Rupestres del Arco del Mediterráneo, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
La Playa de la Ermita, que marca el límite municipal de Santa Pola, dispone de los servicios básicos, y cuenta con un chiringuito donde comer estupendamente al resguardo del sol en verano. Aunque si lo prefieres, puedes llevarte tu comida y disfrutar de ella en un cercano pinar. No suele estar tan masificada como otras playas alicantinas, siendo su grado de ocupación medio.
Otros planes en Santa Pola
Tu estancia en Santa Pola no debe limitarse a pasar el día en la playa. Y es que esta localidad alicantina ofrece un montón de posibilidades, como visitar sus lugares de interés. Entre otros, el castillo del siglo XVI, las torres vigías del mismo siglo, el Faro, el Puerto, el Museo de la Sal o restos arqueológicos del Portus Illicitanus.
Su entorno natural también da mucho juego, contando con parajes tan especiales como el Parque Natural de las Salinas, un humedal incluido en la lista RAMSAR y protegido como Parque Natural mediante una Directiva Europea de Zona de Especial Importancia. Otra joya natural es la Sierra de Santa Pola, una formación acantilada en cuyo punto más alto se encuentra la Torre Vigía Atalayola, que alberga el actual Faro de Santa Pola.
A la hora de comer podremos escoger entre delicias como el arroz a banda, el arroz negro, un guiso llamado bollitori, el gazpacho de mero, la caldereta de langosta o el caldero. Si queremos ir de compras, conviene saber que en verano el paseo marítimo se llena de puestos donde venden todo tipo de artículos de artesanía, como bisutería o productos de cuero. Y si tenemos ganas de fiesta, del 31 de agosto al 8 de septiembre se celebran en Santa Pola las Fiestas de Moros y Cristianos y las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Loreto.
