Jijona, la ciudad de la dulce tradición navideña
Silvia Gonzalez Fernandez 09 Diciembre, 2020
Conocer la esencia del turrón que tanto nos gusta y descubrir su cuna, Jijona, es nuestro propósito de hoy.
Visitar el lugar de donde proviene el turrón debería ser una bonita obligación en la asignatura de geografía. Algo así como cuando en BUP la profe de literatura nos mandaba leer ‘El Camino’ de Miguel Delibes ¿No os parece? Y es que Jijona encierra en pleno corazón de Alicante el secreto de uno de nuestros dulces favoritos. Es el lugar perfecto para acercarse a conocer la fabricación del manjar navideño por antonomasia y por eso os proponemos visitarlo.
La forma de elaborar el turrón apenas ha variado en siglos. El paso del tiempo ha industrializado parte del proceso, pero la esencia en su elaboración permanece prácticamente inalterable. Si hablamos de turrón blando o de Jijona artesano, únicamente necesitaremos almendras de la zona y rica miel de abeja para elaborarlo.
Origen del turrón
Que el origen más probable del turrón –o ‘turun’ entonces– sea la península arábica, no creemos que le pille a nadie por sorpresa, la fascinación que sentía el pueblo árabe por la miel y las almendras –principales ingredientes del turrón– es legendaria. Otras historias apuntan a que fue durante los reinados de Felipe IV o Felipe V, cuando se ‘inventó’ este dulce alimento como nutritivo y de fácil conservación bocado. Suponemos que buscaban la forma de mantener alimentados a los marineros y soldados que en aquella época realizaban interminables travesías.
¿Y por qué lo consumimos en Navidad? Esta es una cuestión difícil de contestar, lo más lógico es pensar que antaño y debido al elevado coste de sus ingredientes, el turrón resultaba un ‘placer’ poco asequible para las familias humildes. No es seguro, pero es altamente probable que esta sea la razón por la que tradicionalmente lo hemos consumido solo durante unas fechas tan señaladas como son las navidades.
Cuándo ir y qué ver en Jijona
Jijona es una pequeña ciudad con cierto aire familiar. Un sitio tranquilo donde aún es posible que tengas la suerte de que el canturreo de los pájaros te despierte por la mañana. Un bonito lugar lleno de cuestecitas y escaleras que no te importará recorrer, sobre todo si coincides con alguna de las visitas turísticas teatralizadas que organizan. Entrar a uno de sus obradores, comprar y disfrutar el turrón allí mismo mientras recorres sus callejuelas, es otro de los alicientes que hace de la visita a Jijona una auténtica gozada.
Alrededor del pueblo los almendros situados a modo de imponente decorado, hacen que visitar Jijona –y el resto de la comarca– en los meses de febrero y marzo, durante la floración, resulte un momento mágico. Aunque si decides hacerlo en fechas cercanas a la Navidad por supuesto también resulta una deliciosa experiencia, el aroma a miel y almendra tostada lo inunda todo. Si finalmente viajas en diciembre, no puedes perderte el Mercado del Turrón o las visitas guiadas a las diferentes fábricas turroneras de la zona. Y por supuesto, recuerda que el Museo del Turrón es imprescindible verlo sea cual sea la época en la que vayas.
Para finalizar, permítenos un consejo, degusta su gastronomía y atrévete con las curiosas tapas que preparan con turrón algunos de los cocineros más inquietos de Jijona. Prueba el turrón como nunca antes lo has hecho y disfruta, si tu visita coincide con esa fecha, de la ruta de tapas que cada año organizan en mayo.
Por cierto, de sus también extraordinarios helados hablaremos otro día, sin duda merecen un capítulo a parte.