Tres miradores extraordinarios de Alicante
Mirar para disfrutar. Esa es la máxima de estos miradores naturales de la provincia de Alicante, de vistas únicas y espectaculares. La naturaleza nunca dejará de sorprendernos con todas las maravillas que nos ofrece.
El recogimiento al que nos trasladan algunos miradores nos hace ser conscientes de lo pequeños que somos, otros nos crean una sensación de abismo… Sea como sea, tienen la capacidad de provocarnos unas sensaciones inigualables. Nos dejan una huella que recordaremos siempre.
La provincia de Alicante esconde una belleza natural inmensa, desde sus playas y calas a sus sierras y montañas. Si todo esto lo ponemos en común, y conseguimos subir unos cuantos metros sobre el nivel del mar, conseguimos unas vistas espectaculares. Xàbia, Santa Pola y la Sierra de Mariola son los tres lugares protagonistas, deja a un lado tu miedo por las alturas y prepárate para disfrutar de las vistas.
El Cabo de San Antonio
El Cabo de San Antonio, conocido como el Mirador de la Marina Alta, está en la localidad de Xàbia y es un lugar perfecto, una especie de observatorio natural privilegiado, desde el que observar el mar Mediterráneo, el faro de San Antonio y el Montgó. Hay varios miradores en lo alto de distintos acantilados verticales de 160 metros que se han ido esculpiendo en la piedra caliza a lo largo de milenios pero, todos y cada uno, ofrecen unas vistas espectaculares.
También se puede ver la geografía de la Marina Alta, sus valles y sierras, de gran vegetación y flora, pues se trata de un lugar muy húmedo. Se puede llegar con facilidad en coche, aparcar y dar un paseo para contemplar las diferentes panorámicas que ofrece el lugar. Eso sí, es recomendable llevar alguna prenda de más abrigo pues suele hacer bastante viento.
El Faro de Santa Pola
Del mirador del faro de Santa Pola dicen que es uno de los rincones más bonitos de Alicante, incluso de la Comunitat Valenciana. Es perfecto para desconectar y dejarse llevar por el sonido de las olas, para ver el amanecer, o el atardecer, y contemplar los colores que brinda la naturaleza a esas horas del día en consonancia con el mar. Está muy próximo a la ciudad de Santa Pola y se puede llegar en coche hasta allí.
Tiene una pasarela por la que caminar y vislumbrar unas panorámicas únicas: la isla de Tabarca, si el día lo permite, la bahía de Alicante y los Arenales del Sol. Se recomienda calzado cómodo y algo de abrigo también, pues es un lugar normalmente ventoso. El faro de Santa Pola está junto al mirador de la pasarela, en el mismo lugar que la Torre de la Atalayola, una de las torres que se construyeron a partir de 1552 con el objetivo de vigilar la costa. Los amantes del senderismo pueden hacer una pequeña ruta que parte desde este punto y recorre algunas fortificaciones que se hicieron durante la Guerra Civil como un búnker, restos de polvorines, baterías de costa o aljibes.
La Cova Bolumini
El acceso al mirador de la Cova Bolumini no es sencillo, pero merece muchísimo la pena. Se trata de una ruta llamada Senda de los Íberos a través de la Sierra de Mariola, que, en función del punto de partida y el ritmo, puede durar desde hora y media a 5 horas. El recorrido está señalizado en todo momento y pasa por la Font de Tarragó, una masía en ruinas, la llanura de Els Collets, restos de un poblado ibérico y la prehistórica Cova Bolumini.
La premio final es espectacular: las vistas desde la Cova Bolumini, también conocida como la Cueva Blanca, una caverna situada junto al yacimiento del Cabeço de la Mariola. Después de un merecido descanso, y algunas fotos para el recuerdo, se emprende el camino de vuelta que, si bien es recomendable volver sobre nuestros pasos, también puede hacerse campo a través, siempre teniendo claro el punto al que regresar.