El castillo de Dénia, en Alicante
Más allá del sol y playa, Dénia cuenta con una gran oferta cultural que encabeza su castillo, con más de 2000 años de historia y muestras de todas las culturas que han pasado por él.
La ubicación del castillo de Dénia es magnífica, frente al mar Mediterráneo. Está en pleno centro de la ciudad, sobre una colina de unos 60 metros de alto. Para visitarlo, se puede acceder por una puerta de origen islámico ubicada en la calle San Francisco. Eso sí, el acceso es a pie, pues la entrada a los coches está prohibida con el fin de conservar el estado de la fortaleza y su entorno.
En el recinto se pueden celebrar diferentes eventos sociales como bodas, o ciclos musicales, pero también está abierto a las visitas culturales. Está abierto al público durante todo el año, aunque es recomendable consultar el horario, pues varía según los meses. Para poder visitarlo se paga una entrada, que varía en función de la edad y condición.
Historia del Castillo de Dénia
En las laderas de esta fortificación se han encontrado restos de la Dianium romana, con lo que se demuestra que ya hubo asentamientos antes de que los musulmanes levantaran la construcción en el siglo X. Un siglo después adquirió la estructura y el diseño del doble recinto, con la alcazaba y el albacar. Por último, y después de haber realizado algunos estudios arquitectónicos, se concluyó que fue en el siglo XII cuando se realizaron obras de refuerzo de una importancia mayor.
En 1244 el rey Jaume I conquistó Dénia y el castillo pasó a manos cristianas y cambió el uso que se daba a los diferentes recintos: en el albacar se instaló la Vila de Dénia, en 1308, y la alcazaba se transformó en la ciudadela. Años más tarde, el Marqués de Dénia, Francisco Gómez Sandoval, construyó el palacio renacentista que hoy alberga en su interior el Museo Arqueológico de la Ciudad.
En el siglo XVI se tuvieron que construir murallas para defenderse de la piratería berberisca, lo que nos sirve actualmente para poder apreciar la arquitectura militar renacentista. Años más tarde, en la Guerra de Sucesión, la Vila al completo y parte de la fortaleza quedaron arrasadas y, con el asalto de la invasión francesa, el castillo se vio notablemente deteriorado.
En el siglo XX, la fortaleza pasó a manos privadas, se transformó en una finca de explotación agrícola por un lado y como cantera, por otro. Finalmente, en 1947 se consiguió que fuera de propiedad municipal y, desde entonces, se reformó el exterior el interior y se habilitaron las entradas a la fortaleza. Ya en este siglo se han seguido rehabilitando zonas como La Sala, para conferencias, o el Centro de Visitantes. El último proyecto está destinado a la escalera del Palau, con el que se quiere recuperar el acceso a las estancias palaciegas.
Partes del castillo de Dénia
Una de las entradas más populares al castillo está en la alcazaba, en la llamada Torre del Mig, del siglo XI, y de gran calidad arquitectónica, pues cuenta con dobles arcos de herradura y alfiz. Sin embargo, el acceso más importante es el del Portal de la Vila, también en esta parte del castillo, y formado por arcos de herradura apuntados y clave partida.
En los restos del palacio del Gobernador está el Museo Arqueológico, que muestra la evolución de la ciudad desde sus orígenes hasta el siglo XVIII. Su exposición permanente está dividida en las diferentes épocas por las que ha pasado Dénia: ibérica, romana, musulmana y cristiana; y cuenta con piezas de gran valor histórico.
Por último, hay un túnel que comunica la Plaza del Consell con la Ronda de las Murallas y que tiene su origen en la Guerra Civil española. Fue creado para proteger a la población de los bombardeos de la ciudad. Una vez acabada la guerra, se conservó como paso para unir ambas partes de la ciudad y, desde su rehabilitación en el 2011, se ha logrado también con esto mejorar la apariencia del castillo.
