Escapada a Castalla, en Alicante
Situada a poco más de 30 kilómetros de las playas alicantinas, la bonita localidad de Castalla ofrece a sus visitantes una magnífica oferta de naturaleza, monumentos y algunas sorpresas más.
Sólo 35 kilómetros en coche separan la ciudad de Alicante y sus playas del pueblo de Castalla, situado en el interior de la provincia alicantina. Es un lugar muy tranquilo, una población de gran belleza rodeada por un entorno natural no menos bello.
Ubicado en un gran valle rodeado de montañas, desde el municipio parten un buen número de rutas de senderismo o cicloturismo. Entre los parajes que se pueden recorrer están el Xorret de Catí, un área recreativa que está rodeada por la Sierra del Maigmó; los Rasos de Catí, la Crestería de Fraile o la Sierra del Cid.
Su casco urbano es también muy bonito, y guarda una gran tradición histórica. La población dispone de una buena infraestructura turística, y cuenta con una destacada industria de juguetes, muebles y materiales de construcción.
Qué ver en Castalla
Habitada desde el periodo neolítico, Castalla ha ido acumulando a lo largo de su historia un importante legado monumental. Dentro de su patrimonio destaca su castillo, construido entre los siglos XI y XVI, que puede ser visitado durante todo el año.
También hay varias joyas monumentales dentro de la arquitectura religiosa, como la Ermita de la Sangre o de la Sang, realizada en un gótico primitivo del siglo XIII; el Convento de los Padres Franciscanos, de estilo neoclásico del siglo XVIII, o la Iglesia de la Asunción, que fue edificada en el siglo XVI por dos canteros de la propia Castalla siguiendo el estilo gótico catalán.
Hay que dedicar tiempo para recorrer el casco antiguo de la villa, paseando por sus empinadas calles y estrechos callejones y deteniéndose en sus encantadoras plazuelas. Además, algunos de los monumentos más relevantes se encuentran en esta parte de la localidad alicantina.
Gastronomía y fiestas de Castalla
A la hora de comer tendremos la ocasión de descubrir los atractivos de la cocina tradicional de Castalla, cuyas recetas más típicas se preparan con productos de la tierra y con carnes de caza. El resultado son platos tan ricos como el arroz con conejo o al estilo de la montaña, el putxero de fasedures, la gatxamiga, el gaspatxo, la pericana, la olla de cigrons, el potaje o la borreta.
Para endulzar nuestra estancia cuentan con delicias como los pastissets de moniato o de Nadal , los rollos de vino, los sequillos, los tonyes, los rollos de aguardiente, los mantecados o las magdalenas de almendra.
Y como no todo van a ser propuestas monumentales o de naturaleza, en Castalla también podremos disfrutar de buenos bares para el aperitivo por el día o para tomar unas copas por la noche. Y del calendario de eventos de la localidad, destacar la Fiesta de Moros y Cristianos, una animadísima y original festividad que se celebra en el mes de septiembre.