Laguardia, un destino por descubrir en 2024 en la Rioja Alavesa
La Rioja Alavesa tiene lugares llenos de encanto y Laguardia es una de ellos. ¿Quieres saber cuáles son los secretos que esconde? Te invitamos a leer el artículo.
En la comarca de la Rioja Alavesa, y a 64 kilómetros de Vitoria capital, nos adentramos en Laguardia, un municipio con mucho por conocer. Es famosa por sus vinos y por ser la cuna del fabulista Samaniego, además de uno de los pueblos más bonitos de España.
Con un casco urbano de aspecto medieval y totalmente rodeado de murallas construidas a comienzos del siglo XIII, en Laguardia nos invitan a disfrutar de su arquitectura, gastronomía e historia. Las estrechas callejuelas guardan en su interior un gran patrimonio arquitectónico e histórico, pero la villa también es conocida por sus bodegas subterráneas y su gastronomía. Una visita se hace imprescindible para descubrir uno de los destinos más populares del País Vasco.
Historia de Laguardia
En la zona se encuentran importantes restos arqueológicos. El poblado celtíbero de La Hoya es un buen ejemplo. Se trata de un yacimiento que abarca más de 1000 años, desde La Edad del Bronce hasta finales de la Edad del Hierro. Dentro del término municipal de Laguardia se encuentra el Conjunto Monumental de dólmenes, una estructura megalítica con funciones funerarias. En el Dolmen de El Sotillo se hallaron restos de numerosas inhumaciones con sus correspondientes ajuares, instrumentos neolíticos de sílex, cerámica campaniforme y vasijas de la Edad del Bronce.
Según cuenta la tradición, a principios del siglo X, el rey navarro Sancho levantó un castillo para defender el sur del Reino de Navarra, “La Guarda de Navarra”, nombre que fue derivando en el posterior Laguardia. El título de villa y sus fueros los concedió Sancho VI el Sabio en 1164 convirtiéndose en un referente del comercio de la época. Ya en el siglo XIII fue Sancho el Fuerte quien fortificó la villa.
Durante la Edad Media, debido a las luchas entre castellanos y navarros, Laguardia cambió en repetidas ocasiones de dueño hasta 1461, año en que pasó a manos de Castilla. En 1486 la villa y sus aldeas se incorporaron a la provincia de Álava y sus hermandades, situación en la que llega hasta la actualidad.
Un recorrido por Laguardia
Un paseo por las calles de Laguardia nos lleva a adentrarnos en un viaje al pasado. Sus murallas, calles empedradas y las casas blasonadas se conservan tal y como fueron concebidas en la Edad Media. Su trazado medieval está compuesto por tres calles principales estrechas y alargadas unidas por plazas y callejas rodeadas de su muralla que aún sostiene varios torreones y cinco puertas de acceso al pueblo.
En los extremos de la calle Mayor se encuentra la iglesia de San Juan, románica en su origen y mezcla de varios estilos en la actualidad, y la de Santa María de los Reyes. En ella destaca una impresionante portada gótica que conserva su policromía original. La calle Mayor conduce también al Ayuntamiento, situado en una pequeña plaza y que en el siglo XVI hizo las veces de carnicería y cárcel. En su fachada principal hay un reloj tipo carrillón que contiene unos automatismos que representan al grupo de danzas de Laguardia. Muchas personas se dan cita en esta plaza para poder observar el pequeño espectáculo de estos personajes, que danzan a determinadas horas.
Pero si hay algo que configura a esta villa como especial es que está libre de vehículos. Su peso sería insoportable para conservar la gran cantidad de cuevas subterráneas que recorren todo el núcleo urbano. Se pueden visitar las bodegas que todavía hoy producen vinos bajo el suelo de Laguardia. Sin embargo, el secreto mejor guardado de esta villa no vio la luz hasta el año 1998, cuando en una excavación realizada para mejorar el equipamiento de la localidad, se encontraron los restos de un estanque. Según los arqueólogos se trata del mayor estanque de la Edad de Hierro de Europa, con una capacidad de hasta 300.000 litros de agua. Conocer la red de túneles subterráneos que se pueden recorrer es una experiencia memorable. Si a todo lo mencionado anteriormente unimos la gran cantidad de bodegas de los alrededores de la villa, la gastronomía del lugar y el buen carácter de su gente, una visita a Laguardia será una vivencia inolvidable.