El Faro de Cabo Fisterra, en la Costa da Morte
Justo en el punto donde los romanos creían que se acababa el mundo, se halla el Faro de Fisterra, en uno de los lugares más bellos y salvajes de la Costa da Morte.
Justo en el punto de la gallega Costa da Morte donde el paisaje se vuelve más agreste, y donde las playas resultan más impresionantes, salvajes y peligrosas, se encuentra el Cabo Fisterra. Y sobre él se construyó el faro homónimo, justo en el lugar considerado antiguamente como el fin del mundo, o como los romanos lo llamaban, Finis Terrae. En la Antigüedad se pensaba que en este punto, sobre el agua, el sol se apagaba cada día, y que más allá del horizonte no había más que oscuridad y monstruos.
El Faro de Fisterra es uno de lo más populares y visitados de Europa, además de ser también el más occidental. El cabo que le da nombre se adentra temerariamente hasta cinco kilómetros en este enfurecido mar, culpable antaño de numerosos naufragios.
Por ese motivo, en el año 1853 se construyó el faro, para señalizar un punto geográfico que es clave en la navegación. Desde el Cabo y el Faro de Fisterra la vista es realmente espectacular, al igual que las puestas del sol, y es tal la inmensidad que se contempla del Océano Atlántico que no es extraño que hace muchos siglo pensasen que la Tierra terminaba aquí.
El Faro de Fisterra
Situado en el término municipal de Finisterre, en la provincia gallega de A Coruña, el Cabo Fisterra es uno de esos lugares a los que hay que ir sí o sí. En cuanto al faro, que fue edificado a mediados del siglo XIX, se encuentra a 138 metros sobre el mar, en un promontorio que queda en paralelo con el Monte Pindo, en la bella y protegida ría de Corcubión.
El diseño de este peculiar faro es obra del ingeniero Félix Uhagón, y cuenta con la categoría de faro de primer orden. Posee una torre de cantería con base octogonal, que finaliza en una cornisa sobre la que apoya la balconada. Sobre ella está la bóveda con una linterna poligonal, que en su origen funcionaba con lámpara de aceite. Tras varias reformas se electrificó con lámparas de incandescencia, pasando a emitir un destello cada cinco segundos, y alcanzando con buen tiempo alrededor de 31 millas marinas, que equivalen a 57 kilómetros.
Cuenta con un edificio anexo llamado La Sirena, por albergar varias sonoras bocinas de alerta, aunque popularmente es conocido como La Vaca de Fisterra. Fue diseñado por Ángel García del Hoyo, y comenzó a funcionar en 1889. Hasta hace poco, los días en que la niebla impedía ver la luz del faro, sus sirenas emitían dos sonidos estridentes cada minuto, contando con un alcance medio de 25 millas, unos 46 kilómetros. Hay un tercer edificio, El Semáforo, ubicado a mayor altura que el propio faro. Fue construido en 1879 para emitir señales para la marina de guerra, pero tras ser rehabilitado actualmente es una hospedería de turismo rural.
Curiosidades sobre el Faro de Fisterra
Muy cerca del faro hay un lugar donde se pueden ver varias piedras que han sido vinculadas a distintas leyendas de tipo religioso. Es el caso de la llamadas Piedras Santas, la Silla de Piedra, las piedras manchadas de vino o la Tumba de Orcabella, entre otras.
Otra curiosidad es el llamado Centulo o Centolo, que se puede ver desde el faro. Se trata de una roca de 25 metros de altura, y parecida a la concha de un centollo. Está ubicada a 700 metros de la costa, justo donde han tenido lugar numerosos naufragios a lo largo de la historia, como el del Blas de Lezo o el Bitten, entre otros.
Y no hay que olvidar que el Cabo y el Faro de Fisterra son el destino final de muchos peregrinos, que no dan por finalizado el Camino de Santiago hasta haber llegado al “final de la Tierra”.